A propósito del Estado “plurinacional e intercultural” que la propuesta de Nueva Constitución ya establece y varios debates en curso. Chile es diverso en su composición social (por eso es multicultural). Es un hecho que en él coexisten diversos pueblos y naciones preexistentes al Estado. La Plurinacionalidad, conceptualmente, asume esas condiciones de base. Los Estados Plurinacionales norman tal plurinacionalidad. Países donde coexisten diversas naciones (como Chile) pueden adoptar formas de Estados Plurinacionales, con distintos diseños político-normativos, no hay uno igual a otro, incorporan diversos mecanismos, algunos “importados”, otros originales, con múltiples influencias a partir de la experiencia.
El punto de partida radica en reconocer normativamente la existencia de pueblos y naciones indígenas preexistentes al Estado, las fórmulas pueden ser más o menos amplias en derechos (a tierras y territorios, a la protección de la naturaleza, participación en explotación de recursos, cuando sea el caso, participación y competencias políticas, a los sistemas de justicia, a las lenguas, entre otros que hemos visto en los debates de la Convención Constitucional). El Derecho Internacional no impone un modelo en particular y varios de estos derechos se pueden ejercer sin la fórmula plurinacional, pero ella es la más amplia.
La “Plurinacionalidad” se contiene en las demandas de los pueblos indígenas de América Latina, implica el ejercicio de su derecho a la libre determinación, en el Estado, para reconstituir al Estado (pero no al margen de él). En ese sentido, aunque demanda cambios estructurales, sigue siendo una propuesta institucional. Los 17 escaños reservados en la Convención Constitucional son una expresión concreta de plurinacionalidad, en cuanto participación política sustantiva.
La cuestión no es pacífica porque hay miradas razonables y diversas de cómo avanzar, junto a posiciones con intereses legítimos en disputa. Pero los debates en curso dejan en evidencia algo más complejo, parece haber una comprensión de la sociedad chilena que no ha “cuajado”, no resuelta, y, en varios casos, con miradas poco abiertas a reconocer que existen pueblos y naciones indígenas preexistentes al Estado, encerradas en visiones sobre “la igualdad” y una pretendida condición “mestiza” que serían hegemónicas.
El proceso constituyente invita a romper los dogmas y, con la participación efectiva que se ha conquistado, pactar una Nueva Constitución que logre resolver las negaciones históricas. Para ello, en días convulsionados el Estado Plurinacional es una opción y hay que trabajar en el mejor diseño posible.
Dr. Juan Jorge Faundes Peñafiel
Académico Investigador Facultad de Derecho
Universidad Autónoma de Chile
Ver aquí: https://www.diarioconstitucional.cl/cartas-al-director/un-estado-plurinacional-e-intercultural/