Mejores pensiones: La única forma es con crecimiento

Esta columna fue publicada originalmente en ElLibero 16.07.2020

Dr. Rodrigo Barcia

Mucha gente cree que el sistema de pensiones es de capitalización individual, pero ello, desde Bachelet I, no es así.  Las normas que dieron origen al sistema en 1981, a través del DL N° 3.500, han sufrido innumerables reformas desde su implementación.

En el año 1987 se creó la cuenta de ahorro voluntario, que permite a los cotizantes aportar más allá del porcentaje exigido por la ley en sus cuentas de ahorro y beneficiarse de exenciones tributarias.

Por su parte, la Ley N° 19.301 de 1994, denominada Ley de Mercado de Capitales, modificó significativamente el sistema de inversión de las AFP: creó un sistema de clasificación de riesgo, modificó los límites de inversión y aumentó el número de instrumentos elegibles. También esta ley se preocupó de regular los conflictos de interés y de crear una mayor transparencia en el mercado de capitales.

A su vez, la Ley N° 19.469 de 3 de septiembre de 1996, introdujo una importante modificación en el sistema de AFP, creando y modernizando el sistema de inversión en el extranjero (Fondos de Inversión Internacional). El objetivo de este mecanismo fue diversificar la inversión, para de esa forma reducir los riesgos y aumentar la rentabilidad de los fondos de pensiones. También, como se vería en sucesivas modificaciones, ello obedeció a la imposibilidad de la bolsa local de enfrentar el nivel de fondos que tienen las AFP para invertir. Este es uno de los principales problemas del mercado de valores chileno.

Ley N° 19.768 del 2001 reformó el mecanismo de ahorro previsional voluntario, ampliando el número de instituciones que pueden administrarlo. El objetivo de esta reforma era aumentar la rentabilidad de los fondos y bajar las comisiones al agregar otros actores al sistema. Además, se aumentó el beneficio tributario para los cotizantes. La Ley N° 19.795 del 2002, creó el actual sistema de multifondos.

El 2008 se promulgó la Ley N° 20.255 de 2008, que desarrolló las propuestas de la denominada Comisión Marcel (2006) y modificaría sustancialmente el DL 3.500. Entre otras, esta normativa sustituyó la Superintendencia de Administradora de Fondos de Pensiones por la  Superintendencia de Pensiones (SP). Además, las reformas que llevó a cabo la referida ley fueron fundamentales e incluyeron la transformación del sistema chileno en un régimen mixtoAl sistema de capitalización individual se le agregó un pilar solidario, que se solventa con recursos fiscales. De esta forma, se establece una Pensión Básica Solidaria (PBS), que es el beneficio al que pueden acceder personas que no tienen derecho a pensión en algún régimen previsional ni al Aporte Previsional Solidario (APS).  Este mecanismo, para calcular el APS, según información de la SP, opera de la siguiente forma: “En el caso de más de 580 mil personas con Pensión Básica Solidaria, el incremento funciona de la siguiente manera, según tramos de edad: PBS desde 80 años (50% de aumento): sube de $110.201 a $165.302. PBS entre 75 y 79 años (30% de aumento): sube de $110.201 a $143.261”. A su vez,  “desde julio de 2018, el monto de la Pensión Básica Solidaria (ya sea de Vejez o Invalidez) subió desde $104.646 a $107.304. El reajuste se realizó producto de la variación del 2,54 % del IPC (Índice de Precios al Consumidor) de los últimos doce meses”. Según información de la SP, para acceder a la Pensión Básica Solidaria de Vejez “es necesario tener a lo menos 65 años al momento de la solicitud y no tener derecho a percibir pensión en ningún régimen previsional. También se debe estar inscrito o inscrita en el Registro Social de Hogares, con el fin de verificar en los centros de atención ChileAtiende si la persona pertenece al 60% más pobre de la población, entre otros requisitos”.  Así, el 2008 se mantuvo el sistema de AFP, pero se establecieron dos mecanismos asistenciales en materia de previsión social.

En definitiva, el actual sistema de previsión chileno ha permitido que el Estado se concentre en el aumento de la pensión mínima. Aparentemente nuestro gasto en pensiones es de un 2,8% del PIB el 2007, siendo el promedio OCDE 8,0% (suponiendo que Chile realmente sea país OCDE). Pero atención, nosotros tenemos un sistema mixto y no mayormente de reparto, por lo que en el cálculo OCDE no se toma en cuenta el aporte que hacen los cotizantes al sistema previsional (por tanto, estamos comparando peras con manzanas).

Hecho este análisis preliminar cabe preguntarnos: ¿es malo nuestro sistema previsional? Naturalmente las bajas pensiones llevan a pensar que a lo menos no es justo, pero ¿cómo se pueden mejorar las pensiones? El mecanismo de aumento de pensiones es sensato. Dejando de lado el sistema de reparto por inviable, dado el envejecimiento de la población, en realidad, el sistema sólo puede mejorar en la medida que haya más aportes del Estado (no me detendré en analizar cómo debería ser este aporte para evitar el riesgo moral o “moral hazard” del subsidio)Ello depende de una sola variable: el crecimiento. Llegado al tope de la carga tributaria (es más, lo recomendable es bajar la carga tributaria para que el país crezca y aumente la recaudación), lo fundamental es crecer. Lamentablemente, aunque se ponga toda la voluntad del mundo y se quemen cínicamente todos los buses del Transantiago, nada hará que las pensiones mejoren si no hay crecimiento económico. Al final del día, aunque no nos guste, las pensiones son un gasto (muy relevante por cierto), pero no se puede seguir gastando si no crecemos y seguimos endeudando irresponsablemente al país. Ello sólo generará que en el futuro las pensiones bajen (el presupuesto futuro del Estado irá a servir a la deuda, y no a gasto social).

Para finalizar, la única forma de lograr salir de la camisa de fuerza en que nos tiene atrapados el PC y el FA (estos son los partidos que hoy imponen la agenda nacional) es mediante un gran acuerdo nacional que logre encaminar al país hacia el crecimiento, con equidad; pero seguir permitiendo que los partidos que han puesto en jaque nuestra ahora debilitada democracia sigan determinado la agenda política (como sucede con el proyecto de retiro del 10% de los fondos de las AFP) es realmente un absurdo. Más adelante explicaremos por qué el PC y FA están tan interesados en demoler el sistema de pensiones.

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