Rodrigo Barcia: La urgente necesidad de rearticular una centro derecha de verdad
Columna publicada originalmente en ElLibero el 20.10.2020
No cabe duda que, independientemente de lo que ocurra en el plebiscito, Chile dejará una etapa atrás. Es una de las etapas más exitosas de la historia chilena, y, a este respecto, cabe preguntarnos: ¿qué nos pasó? Cómo es posible que los jóvenes crean las visiones apocalípticas promovidas por sectores populistas e incluso anti-democráticos.
Es una pregunta difícil y creo que la respuesta está dentro de los políticos de centro, que no han sido capaces de imponer una agenda que de verdad proyecte al país, potencie sus logros y corrija sus fallas. La centro izquierda hizo la tarea, mediante cuatro gobiernos sumamente exitosos (Aylwin, Frei, Lagos y el primer gobierno de Bachelet). Naturalmente que un esfuerzo de esa envergadura prácticamente destruyó a la centro izquierda. Los altos niveles de oportunismo, corrupción y falta de idearios políticos claros le pasaron la cuenta al sector. En ello también influyó la desaparición de una clase política que tenía las cosas muy claras (me refiero a esa generación que le tocó vivir el desastroso gobierno de Allende y la dictadura de Pinochet).
La derecha durante años no fue capaz de ubicarse de verdad en el centro político. En lugar de posicionar los idearios del sector se ensalzó en una discusión absurda entre liberales y conservadores, que lo llevó paradojalmente a promover ideas populistas de izquierda. La exitosa política de los acuerdos fue reemplazada por la rendición ideológica incondicional. Incluso hoy se están comenzando a levantar algunas miradas nacionalistas, y socialdemócratas, dentro del sector. Hemos equivocado el rumbo, y ello se puede apreciar en algo muy simple: la imposibilidad de transmitir a la ciudadanía un rayo de esperanza en un proyecto sólido de centro derecha. La centro derecha debería ser la continuadora del proyecto de la Concertación, pero aún más potenciado.
Los pilares de la reconstrucción del país a través de un proyecto de centro derecha debieran ser crecimiento, igualdad de oportunidades, derechos humanos y reconstrucción de la institucionalidad perdida. Estos cuatro pilares son fundamentales, pero el crecimiento es urgente. El crecimiento del PIB de Chile desde el 2014 al 2019 es de 1,8%, 2,3%, 1,7%, 1,2%, 3,99 y 1,1%, respectivamente. Ello hace un promedio de un 2% los últimos 6 años y seguramente, a pesar del optimismo respecto del crecimiento futuro, estas cifras no mejorarán si no comenzamos a hacer las cosas de forma totalmente diferente.
Este tema no es menor, seguramente tendremos una década perdida. La destrucción de la institucionalidad es un tsunami que ya está en camino. Y, en ese orden de ideas, se hace urgente volver a las políticas de expansión de mercado, y reconstruir la institucionalidad perdida: privatización de Codelco, TVN, ENAP, etc., separar las políticas sociales del caudillismo (redistribuir los impuestos a políticas con altos estándares de eficacia y eficiencia), modificar la regulación del Ministerio Público (el MP ha fracasado en el control de bandas criminales en la Araucanía, la droga, el control de la corrupción en la política, la restitución del orden público, etc.), asegurar la independencia del Poder Judicial (para tener los resguardos frente a un futuro gobierno populista), hacer una reforma previsional inteligente, rebajar fuertemente los impuestos, relocalizar el gasto público (acabar con la gratuidad en las universidades para invertir en salas cunas, educación primaria, y planes anti-droga y delincuencia), deshacer todas las leyes anti-mercado promulgadas por el gobierno de Bachelet, etc.
En el ámbito de las políticas sociales, además de focalizarlas en educación primaria y secundaria, se puede invertir recursos impositivos en fondos que administren las AFP, y que se repartan cuando los jóvenes de los últimos quintiles lleguen a los 18 años. Se debe fomentar una política social, que permita recuperar los barrios que hoy se encuentran en manos de los narcotraficantes (sin ello ninguna política pública será exitosa). Se debe mejorar la educación de los jóvenes de los últimos quintiles (se debe enfrentar políticamente al Colegio de Profesores para que los profesores vuelvan a hacer clases y no a lavarles el cerebro a los jóvenes). La derecha tiene que hacer el esfuerzo de volcarse a los barrios. También se hace indispensable tener una buena educación sexual para evitar que nuestras jóvenes no se embaracen a temprana edad.
Lo realmente urgente en el sector de la centro derecha es el impulso de ideas que provengan de una concepción liberal y humanista del ser humano (con respeto de los grupos intermedios y de la sociedad) y sobre todo con políticas de igualdad de oportunidades, diseñadas de forma realmente inteligente. De la actual crisis que hoy vive el país y que se acrecentará en el futuro no se saldrá profundizando políticas bacheletistas, kircherianas o chavistas. Es más, nos encontramos en la situación actual porque no hemos sido capaces de defender nuestras propias y sensatas ideas, que provienen de una economía inteligente, ambiciosa y con igualdad de oportunidades. Este punto es vital y se refleja, por ejemplo, en la imposibilidad que ha demostrado la centro derecha de explicarle a la gente qué es lo que realmente está en juego en el plebiscito, y sobre todo si el país está en un momento adecuado para llevar a cabo esta reforma (no me refiero sólo al tema económico).
Por último, si usted señor lector está de acuerdo con estos planteamientos, por favor vaya corriendo a inscribirse en algún partido político de centro derecha, y promueva las ideas que realmente nos permitan salir del atolladero en que nos encontramos.